Recuerdo haber leído que al llegar a mi edad creamos conciencia de que tenemos más años vividos que los que nos quedan por vivir. Los años vividos forjaron lo que hoy somos, forjaron nuestras familias y quedan en la historia de nuestras vidas.

Ahora solo quedan los años por vivir y cuan bien los vivamos debe ser nuestra prioridad. La pandemia, la economía, las elecciones, los fenómenos atmosféricos, los sismos afectan lo que si podemos hacer. Lo anterior no debe impedir que algo hagamos, el tiempo que nos resta se acaba.

Un buen amigo me dijo, “lo que no se escribe está destinado al olvido”. En ello tiene toda la razón y me ha motivado a ocupar parte de mi tiempo en escribir.

Escribí sobre la negativa del Departamento de Estado de Estados Unidos a darle la visa al equipo de béisbol de Cuba para viajar a Puerto Rico en el 2006, escribí unas historias sobre juicios en el tribunal (una ficticia, tres reales), escribí sobre Juan Rius Rivera. De estos escritos sólo el de las visas del equipo de Cuba está publicado. Un estudio sobre el descubrimiento de Puerto Rico, que me ha tomado varios años, espero terminarlo y publicarlo este año.

Al fin, no importa la edad, si uno se mantiene activo y útil estás utilizando sabiamente el tiempo que nos queda. El 24 de agosto cumplí 75 años.

Escrito por La Palabra