En mi pueblo, Aguadilla, la conmemoración de la Semana Santa estaba enmarcado en actos solemnes y de ancestral tradición. En el pueblo había cuatro cines, Sol, Rex, Star y Victoria todos desde la 1:00 de la tarde exhibían la película (en blanco y negro) Vida, Pasión y Muerte de Nuestro Señor Jesucristo. Era una película corta y la exhibían en tandas corridas. Todos los años era la misma película y todos los años mis padres nos llevaban a verla.
Luego venía la procesión que salía de la Iglesia San Carlos Borromeo hacia el Tamarindo y bajaba hasta el Higuey para regresar a la plaza Federico Degetau (hoy Rafael Hernández). A lo largo del trayecto el pueblo se paraba en las aceras, en su mayoría vestidos de blanco o negro, en solemne demostración de duelo. El comercio se mantenía cerrado el Viernes Santo y la participación del pueblo en los actos religiosos (Católicos y Protestantes) era impresionante.
Hoy no hay cines en el pueblo, el comercio está abierto el Viernes Santo, la participación del pueblo es mayor en las playas que en la procesión y las iglesias, pocos recuerdan la referida película y la historia que se conmemora en Semana Santa ha sido relegada a un segundo o tercer plano.
Los tiempos cambian y deben cambiar. Algunas actividades, costumbres y tradiciones de pueblo cambian para bien otras para mal. Pasemos juicio, decidamos como debemos cambiar, aceptemos las consecuencias de los cambios y no nos quejemos si cambiamos para mal y no hacemos algo para evitarlo.