Hay una diferencia abismal entre ser soberanista y ser autonomista. Soberanía es el poder político supremo que corresponde a un Estado independiente. Autonomía es condición de quien, para ciertas cosas, no depende de nadie.
Estados Unidos es un país soberano. Los cincuenta estados, individualmente, son autónomos.
España es un país soberano. Sus provincias (Estados), son autónomas.
Puerto Rico para poder ser soberano sólo lo puede alcanzar con la total independencia o integrándose a la soberanía colectiva de los ya existentes cincuenta estados.
La autonomía sólo se alcanza por una ley, mediante la cual el país soberano concede autonomía para ciertas cosas. Ejemplo de ello lo es la Ley Federal que regula las cosas en las cuales Puerto Rico tiene autonomía como lo es elegir nuestros gobernadores, legisladores, alcaldes, etc. Esa misma ley no nos da autonomía para controlar nuestras fronteras, correo, ejército, relaciones internacionales, entre otras limitaciones.
El que diga que es soberanista o es independentista, que es la soberanía absoluta, o es estadista que es la soberanía colectiva. O somos igual que la República de Santo Domingo, la República de Haití o la República de Cuba (mencionando sólo las tres que más cerca nos quedan) o somos igual a New York, New Jercey o Florida (mencionando sólo tres de los cincuenta estados).
La verdad es que Puerto Rico es una colonia con cierto grado de autonomía. Y la verdad es que como esa autonomía la concede un Ley Federal puede, de igual forma, ser revocada por otra Ley Federal.
Los que reclaman mayor autonomía dentro del Estado Libre Asociado tiene que decir, en forma clara e inequívoca, cuáles son los poderes que reclaman y preguntar al gobierno federal si ello es factible y si el gobierno federal está dispuesto a concederlos. Claro está diciéndole al pueblo que aún en el caso hipotético que el gobierno federal esté dispuesto a darnos más poderes, seguimos siendo una colonia ya que por ser poderes concedidos por ley son igualmente revocables.
No hay tal cosa como soberanía dentro de los Estados Unidos sin ser un estado, ni hay tal cosa como autonomía dentro de los Estados Unidos sin dejar de ser una colonia.
Otra cosa lo es la Libre Asociación. Esto es un pacto entre dos naciones soberanas e independientes en acuerdo mutuo y para beneficio mutuo. Pero hay que decir la verdad, es revocable por cualquiera de las dos naciones soberanas.
La complejidad de la discusión del problema del status, desde mi perspectiva, reside en que no se dice toda la verdad.
Recordemos que antes nos decían que el Estado Libre Asociado era un pacto irrevocable entre Estados Unidos y Puerto Rico. Hoy sabemos que ello siempre fue falso.
La verdad ante todo.