Desde tiempos inmemoriales los hombres se han organizado en tribus que les permite una relación peculiar de unidad que a su vez enfatiza y preserva unas diferencias. El problema con ello es que al preservar las diferencias y no lo igual o común que les une, las tribus más débiles van desapareciendo o las absorbe la más fuerte. Las 12 tribus de Israel, las de los indios americanos( los únicos con el derecho de llamarse nativos de America) son un ejemplo de lo que señalo. Quizás el único experimento político de mantener la unidad y las diferencias, que hasta hoy ha tenido éxito,está enmarcado en la Constitución de los Estados Unidos de América.
Unidos prevalecemos, separados perecemos, es una verdad absoluta.
En nuestro Puerto Rico nos mantenemos divididos en tres tribus,las cuales llamaremos, la Azul, la Roja y la Verde. Por conducto de ellas enfatizamos lo que nos divide y olvidamos lo que nos une. Las tres son centenarias, sólo que esporádicamente cambian de nombre para engañarse con una renovación ficticia e inconsecuente.
Por qué no analizamos nuestra historia para entender quién se beneficia de nuestra división y quien desde la retaguardia planifica y fomenta nuestra división?
Dialogaba con un amigo,de otra nacionalidad, sobre las ayudas económicas que recibimos de los Estados Unidos, no de las ayudas por la emergencia del Huracán Maria, que están más que justificadas, y sí de las que recibimos regularmente, PAN, Salud, Carreteras, Seguridad, Vivienda, Educación, Desempleo, etc.. Mi amigo me pregunta, “ cuál es el incentivo de procurar trabajo en Puerto Rico?”, “ En mi país el que no trabaja no come, la tierra se labra y produce”, sentenció.
Nos acostumbramos a un nivel de vida que no está basado en la producción y sí en la dependencia. Yo creo en la obligación, del estado, de ayudar al que necesita. Igualmente creo en la obligación de trabajar y producir.
Lamentablemente no hay la voluntad política para unirnos a resolver los problemas ancestrales que nos mantienen divididos. Al único que le conviene el que sigamos divididos es a la metrópoli federal ya que así no tiene que aceptarnos como estado o aceptarnos como independientes. Seguimos en el juego del estado dependiente de su amo, que no puede unirse porque somos pobres y no nos separamos porque seríamos pobres. Dilema fomentado por España y aprendido por Estados Unidos.
Estudiemos nuestra historia y unámonos para erradicar la colonia, ya como estado federado o estado independiente, pero como un estado con dignidad y orgullo propio, no como un estado de dependencia aprendida y fomentada, primero por Madrid y hoy por Washington.