Un policía de la ciudad de Minneapolis en el estado de Minnesota asesinó a un ciudadano, George Floyd, al cual tenía bajo arresto y esposado. Fue un crimen horrendo, sin justificación, abominable. El mundo entero vió el crimen y se han desarrollado protestas, algunas de las cuales se han convertido en motines en los cuales se ha quemado y se ha destruido propiedad pública y privada.

El elemento del racismo y discrimen estaba presente en el crimen cometido y el hecho de que el asesino fuera un policía, en el ejercicio de su obligación de cuidar y proteger al pueblo, hace del crimen una tragedia que todos tenemos que sufrir y repudiar. Esto no debe ser tolerado y si debe ser severamente castigado, dentro del marco de la Ley. Todos los responsables deben ser apresados, juzgados, convictos y castigados de conformidad con el crimen cometido. Esto incluye al que asesinó, a los que vieron el crimen y no lo impidieron, los que colaboraron y fueron cómplices del asesino, los que trataron de encubrir el crimen y los que usaron el crimen para incitar a la violencia y a la destrucción.

Leí un escrito de una señora que justificaba e invitaba a la destrucción y a la quema de edificios y vehículos, esto no es protestar es incitar a la anarquía.

Un horrendo crimen no justifica el fuego y la destrucción. Vi en las noticias televisivas el crimen cometido y ello era asqueante. De igual forma vi como algunos desordenados que, distorsionando la legítima protesta, se dedicaban a robar, quemar y destruir. Esto también debe ser repudiado y castigado. El crimen, todos los crímenes,  tienen que ser denunciados y castigados para que impere la justicia y la paz.

Escrito por La Palabra