El huracán Irma ha sido la amenaza más grave, después de la Junta de Supervisión Fiscal, que se ha cernido sobre Puerto Rico.
Dicen, los que saben de ello, que un huracán categoría 5 no se asomaba por nuestras costas hace unos 100 años. Se trata de vientos de 185 millas por horas.
Es loable la dirección, liderato y ecuanimidad que demostró el gobernador, su gabinete y todos los 78 alcaldes. A ninguno le oí decir un ataque político, todos fueron solidarios, trabajaron hasta altas horas de la noche y obtuvieron el respaldo y el respeto del pueblo.


La única nota discordante fue una columnista de El Nuevo Día que escribió que era inaudito que el Director de la AEE se había dado por vencido al declarar la posibilidad que algunos sectores estuvieran sin servicio de energía eléctrica por tres o cuatro meses.


Yo no sé si la columnistas de marras sabe leer, oír y ver antes de escribir pero el director de la agencia estaba en lo correcto. Si Irma hubiera entrado a Puerto Rico con sus vientos de 185 MPH los daños en las plantas de generación de energía, al aeropuerto, a los puertos, a las carreteras, a los puentes, a la comunicación radial y televisiva, a las escuelas, a las residencias, al comercio, a los hospitales, a los hoteles, hubieran sido catastróficos. Señora columnista el Director de la AEE no se dio por vencido, él hizo lo que responsablemente tenía que hacer, él se preparó y preparó al pueblo para lo peor y oró y clamó por lo mejor.


Pero claro está siempre tiene que haber una nota discordante y esta vez fue usted, el resto de la orquesta, que es Puerto Rico, tocó en perfecta armonía.