A diario la prensa reseña noticias relacionadas con la dichosa Junta de Control Fiscal, sus dictámenes, sus consecuencias y hasta sus amenazas . La Junta es, en realidad, un gobierno que quiere controlar nuestro gobierno. La Junta fue impuesta por ley del Congreso de Estados Unidos y la razón para ello es sencilla, por décadas nuestros gobiernos fueron irresponsables con la forma de gastar y tomar dinero a préstamo. Hay una segunda razón que la prensa debería repetir hasta el cansancio, para que adquiramos pleno conocimiento de ello, somos una colonia sin poderes, sin autonomía, sin igualdad de derechos.

La Junta decidió que hay que reducir la jornada laboral si no se cumple con una proyección de economías. O sea hay que reducir las horas de trabajo, las horas de servicio, a todos los empleados públicos. La posible excepción sería la policía y los servicios médicos. Para generar más dinero hay que trabajar más. No se puede generar más dinero trabajando menos. Esto no creo que sea difícil de entender. A ello hay que añadir las consecuencias de la reducción en los ingresos de miles de puertorriqueños si se reduce la jornada del empleado público.

El gobernador ha dicho que su gobierno va a cumplir con las condiciones impuestas por la Junta para evitar la reducción de la jornada laboral. El gobernador también dijo que no va a cumplir con la orden de reducir la jornada laboral. Aquí tiró la raya.

Si no se alcanzan los parámetros de ahorro (que es para pagar la deuda), la Junta ordenó reducir la jornada de trabajo y el gobernador dijo que no va a obedecer dicha orden. El gobernador fue más lejos y le instruyó a los jefes de las agencias gubernamentales a no cumplir con la referida orden.

De darse ese escenario la Junta puede ir al Tribunal Federal para que emita una orden al gobernador, bajo apercibimiento de desacato, para que cumpla. Si el gobernador no cumple la Junta puede pedir que el gobernador sea encontrado incurso en desacato y se ordene su encarcelación. Se ordenaría al Secretario de Estado que cumpla la orden, si éste no cumple pasaría lo mismo y así con todos los miembros del gabinete. La crisis que ello causaría sería de proporciones extraordinarias pero quizás, y solo quizás, ello sería el agente catalítico requerido para que en Washington y en Puerto Rico aceptemos que somos la colonia más antigua del mundo y por fin nos encaminemos hacia la solución real de nuestros problemas, la Estadidad o la Independencia.

El gobernador Rosselló tiró la raya, veremos quién la cruza.

Escrito por La Palabra