Leo, y a veces escribo, sobre la crisis política de Puerto Rico.  Aprendí que tanto el escribir como leer lo que se escribe sobre el tema es cíclico. O sea se repite cada cuatro años.

Un país, al igual que una persona, no se limita a tener un solo problema. En Puerto Rico tenemos múltiples problemas de mayor o menor grado, un estudio simple nos llevaría a entender que los problemas son los mismo solo cambian los protagonistas.

Estados Unidos es hoy el país más poderoso y a la vez el más complejo del mundo. Su sistema de gobierno, de república democrática, es el más antiguo de las democracias vigentes (con la posible excepción de San Marino) pero a su vez la gama de intereses e intrigas que imperan son inmensurables. Su complejidad llega al extremo de ir de lo sublime a lo ridículo (Obama a Trump) y sobrevivir como nación.

Nuestro problema primario es ser una colonia de una nación tan compleja. Para Estados Unidos, como la otra parte del problema, ello representa un problema minúsculo, ínfimo, sin importancia. Todas las colonias que han resuelto su status lo hicieron cuando el problema fue de igual envergadura para la metrópoli como para la colonia.

Con toda la intención y propósito, de los intereses que existen en Estados Unidos y en Puerto Rico, la discusión sobre el status se relegó a un segundo o tercer plano. Antes el defender la independencia, la estadidad o el ELA era el centro de la discusión política. Hoy la prioridad es la economía, la corrupción, la criminalidad, etc.  Estos son temas súmamente importantes pero han existido desde tiempo inmemorial y no acabamos de entender que nuestra falta de poderes políticos para enfrentarlos con propiedad los hacen eternos.  Hay intereses, aquí y allá, que el mantener ese limbo político les conviene.

Termino preguntando, ¿alguien  sabe que fórmula de status defiende hoy el PPD como partido político? ¿ Alguien sabe por qué la señora Lúgaro, que en las pasadas elecciones predicó que no creía en los partidos políticos y no creía en Dios, hoy organiza un partido político pero sigue sin creer en Dios?

Escrito por La Palabra