Las campañas y las elecciones en Estados Unidos son una ciencia compleja y muchas veces incomprensible. El presidente mas respetado y querido, Abraham Lincoln, perdió la elección a senador por Illinois con Stephen A. Douglas en el 1858 y en el 1860 ganó la elección a presidente de los Estados Unidos precisamente contra Douglas.

Hilary Clinton obtuvo más de 4 millones de votos sobre Donald Trump y Trump ganó la presidencia. Si consideramos que Trump ganó mintiendo, fomentando el odio hacia los latinos, afro-americanos y los inmigrantes y ofendiendo a las mujeres el entender como se desarrolla una elección en Estados Unidos equivale a entender la teoría de la relatividad del físico Albert Einstein.

La elección del 2020 para la presidencia de los Estados Unidos, promete ser una de las más complejas, costosas y agresivas de su historia. El Partido Republicano presentará a Trump como candidato a la re-elección. La realidad es que Trump no es un típico republicano, él es un billonario, racista, mentiroso y egocentrista que se apoderó del partido republicano al extremo de intimidar, ofender y abusar de los que se atrevan a cuestionar sus ideas, por locas que estas sean, algo parecido a Hitler, Mussolini y Franco entre otros.

El Partido Demócrata huele sangre,al haber triunfado en las elecciones congresionales del 2018, y ya han anunciado su aspiración a la nominación a presidente unos 20 candidatos. Error craso si creen que Trump es un candidato ya derrotado.

De los que han anunciado o están por anunciar sus candidaturas el vice-presidente Joseph Biden parece ser el de mayores probabilidades de obtener la nominación.

Ganar la elección es otro cantar. En mi opinión y clarificando que la política es impredecible y cambiante cada día, yo veo con mayores probabilidades al ex-congresista de Texas Beto O’Rourke. Éste perdió la elección a senador por Texas en el 2018 por un pequeño margen y en un estado que es sólido republicano (algo parecido a Lincoln en Illinois), es joven, carismático (tiene un parecido a Robert Kennedy), habla español, es el único que sin ambigüedades endosó la estadidad para Puerto Rico, es elocuente y un trabajador incansable. En resumen es la antítesis de Trump.

Todavía es temprano pero me aventuro a sugerir que observen a Beto O’Rourke, puede ser el próximo presidente de los Estados Unidos.

Escrito por La Palabra