La Biblia relata en el libro de Éxodo que Dios dictó a Moises , en El Monte Sinaí, los Diez Mandamientos. El octavo de estos mandamientos es:
No dirás falso testimonio contra tú prójimo.

En otras palabras no mentir. Muchos no han leído o se les olvida, el octavo mandamiento.

Recientemente se convirtió en ley el proyecto, del Congreso de los Estados Unidos, que asigna a Puerto Rico fondos para la recuperación de los daños causados por los huracanes Irma y María. La dilación en aprobar el dichoso proyecto de ley fue la oposición del presidente Trump, quien dijo en múltiples ocaciones que Puerto Rico había recibido sobre noventa mil millones de dólares en ayuda. Aunque todos, los que tenían conocimiento de la ayuda que si se ha recibido, decían que ello no era cierto él lo seguía repitiendo como buen discípulo del arquitecto de la mentira Joseph Goebbels.

La ficha del tranque, para Trump, fue que el proyecto incluía la ayuda para otros estados y los demócratas del Congreso hicieron claro que sin la ayuda a Puerto Rico el proyecto no se aprobaría. Con las muelas de atrás Trump tuvo que firmar el proyecto.

El cinismo del presidente llegó a su colmo cuando, al convertir en ley la asignación de ayuda económica a todos los estados que han sido afectados por desastres naturales, dijo que Puerto Rico tiene que amarlo ya que sin su ayuda no recibiría la asistencia económica que tanto necesitamos y a la cual tenemos derecho.

Lo increíble de sus consecuentes y disparatas mentiras es qué hay personas que le creen. Lamentablemente entre sus huestes se encuentran influyentes congresistas , gobernadores, personas de mucho poder económico y para colmo también hay puertorriqueños.

Trump tiene la capacidad para mentir indiscriminadamente. El miente en todo lo que dice, el pueblo lo sabe y muchos le ríen la gracia.

La historia juzgará a Trump pero también serán juzgados por complicidad, ya sea por acción u omisión, aquellos que no lo denunciaron y prefirieron callar. He dicho y repito el problema no es el Partido Republicano, el problema el primer presidente que tiene en un altar la mentira. Otros presidentes han mentido pero sólo Trump hace de la mentira su religión.

Escrito por La Palabra