La Constitución de los Estados Unidos es, quizás, el documento político más importante desde la Carta Magna del 1215. Es la Constitución más antigua de las que están vigentes hoy. La posible excepción es la Constitución de San Marino, una pequeña república europea de unos 33,000 habitantes que es la república soberana más antigua del mundo. Su historia data del año 300 y su constitución del 1600.

Luego de su redacción a la Constitución de Estados Unidos se le incorporaron unas enmiendas. Las primeras diez enmiendas están recopiladas en lo que se conoce como La Carta de Derechos ( Bill of Rights ). La segunda de estas enmiendas dispone lo siguiente:
-Siendo necesaria una Milicia bien ordenada para la seguridad de un Estado libre, el derecho del pueblo a poseer y portar Armas, no será infringido-.
El Tribunal Supremo de los Estados Unidos ha ratificado el derecho a poseer y portar armas pero se ha pronunciado a favor de su regulación. Aquí es donde surge el problema. Cuando la regulación no infringe el derecho a poseer y portar armas ?

A lo anterior se le suma la locura de las posturas de la poderosa Asociación Nacional del Rifle ( National Rifle Association ) y las no menos locas ideas del presidente Trump.

Los trágicos incidentes donde un sicópata llega a una escuela y en forma indiscriminada dispara y mata decenas de estudiantes debe ser razón, más que suficiente, para entender que el derecho a poseer y portar armas hay que regularlo para evitar que locos y criminales puedan, legalmente, comprar armas de fuego.

La NRA, que hace millonarias contribuciones a los representantes y senadores que integran el Congreso de los Estados Unidos, dice que la Segunda Enmienda es un derecho absoluto y el presidente Trump dice que la solución es armar a los maestros en las escuelas.

En que momento el sentido común y el respeto a la seguridad y la vida de nuestros estudiantes se perdió ?
Los forjadores de la Constitución pensaban en un pueblo patriota que usaría las armas para defender la libertad de la incipiente república. Nunca, me atrevo asegurar, pensaron que locos y criminales pudieran, legalmente, comprar armas para matar nuestros estudiantes.

Escrito por La Palabra