Desde el 23 de junio 12 niños y el dirigente de un equipo de balompié (soccer) se encuentran atrapados en unas cavernas en Tailandia cuyo único acceso es por debajo del agua. Buzos experto del mundo y de Tailandia están enfrascados en una delicada misión de rescate en la cual ya un buzo falleció.

Leí un artículo el cual señala que la atención del mundo está centrada en el peligroso rescate y que solo en unos pocos países dicha operación de rescate no es la noticia de mayor interés. Uno de dichos países es Estados Unidos. Lo irónico es que en Estados Unidos la atención se centra en las locuras (lunacy) del presidente Trump. Como son tantas y cada vez más disparatadas la prensa y el pueblo se divierten con su irrazonable conducta y sus acostumbradas mentiras. Al leer dichos comentarios sentí vergüenza ajena. Como fue posible que Estados Unidos eligiera como su presidente una persona que cada día nos divide más, no solo a los ciudadanos americanos y si también a la comunidad mundial. Los amigos históricos como Canadá, Inglaterra, Francia y México repudian a Trump. La unidad alcanzada entre blancos, afro-americanos, latinos y asiáticos en Estados Unidos se está desvaneciendo. Trump se ha convertido en un chiste y la gravedad reside en que es un chiste peligroso.
Elevemos una oración por el rescate de los niños de Tailandia y otra oración por Estados Unidos. Que los niños sean rescatados y regresen a sus hogares y que la sensatez y la cordura regresen a la Casa Blanca. Los niños de Tailandia y Estados Unidos tienen que ser rescatados y ambos rescates son peligrosos.

Escrito por La Palabra