Quizás en muchos años no cobraba tanto significado la tradicional frase “Feliz Año Nuevo”.

El 2021 ha sido un año único, como consecuencia de la pandemia.  Ha sido un año de dolor, por razón de los familiares y amigos que hemos perdido.  El año 2021 también nos enseñó a valorar la familia y los verdaderos amigos, o sea ha sido de enseñanza.

El 2021 ha sido uno de dificultad económica. De igual manera hemos aprendido que en la casa tenemos tantas cosas que compramos sin necesitar y ahora, luego de buen tiempo, las volvemos a ver, quizás todavía en su caja.  Se puede vivir sin tener que comprar cosas que no son necesarias.

El 2021 nos trajo, al primer plano de nuestras vidas, algo que sabíamos pero habíamos marginado, el poder de la oración.  La oración es la comunicación directa con nuestro Dios.

El 2021, en adición del dolor por la pérdida de un ser querido, nos acordó la fragilidad de la vida.  Ahora recordamos ser más responsables con nuestras vidas, o sea amarnos a nosotros mismos.

El 2021 cambió la forma de vestir y  de saludarnos.  La mascarilla ya es parte de nuestra vestimenta y el saludo con el puño es la norma.

Yo no sé cuándo volveremos a la “normalidad”, si sé que podemos ser felices, quedándonos en nuestras casas, siendo prudentes, no gastando lo que no tenemos y valorando la familia y la amistad.

Amarás a tú Dios sobre todas las cosas y a tú prójimo como a ti mismo.

Feliz Año Nuevo, con el deseo de que termine la pandemia pero que no olvidemos lo que esta nos enseñó.

Escrito por La Palabra