Este refrán popular, que muchas veces le oí decir a mi padre, encierra una gran sabiduría. Si se hace algo se va a criticar, si no se hace se va a criticar. Al final el propósito es criticar o sea dar palos. Bogar es sinónimo de remar y lo que ilustra el refrán es que trabajes o no para conseguir o adelantar algo siempre te van a criticar.
Como sabemos hay crítica constructiva que procura mejorar lo que se está haciendo y hay crítica destructiva que procura obstaculizar y destruir lo que se está haciendo. A estas dos yo le añado una tercera, criticar por el placer de criticar.
Ejemplo reciente lo es el reportaje de una conocida periodista cuando se ordenó las restricciones a la conducta popular por razón de la pandemia. Esta distinguida periodista, por varios días, entrevistó a comerciantes que alegaron, con razón, que económicamente se iban afectar por el cierre ordenado, ya fuera parcial o total, de sus negocios y podían terminar en la quiebra.
Con la nueva Orden Ejecutiva en que se flexibilizó la apertura de los negocios, la misma periodista entrevistó a profesionales de la salud que señalaron, con razón, que dicha flexibilidad o apertura podía provocar un nuevo brote de casos de COVID-19 con posibles consecuencias fatales.
La moraleja de lo anterior es que no se puede gobernar para las gradas. Hay que gobernar con firmeza y con razón ya que como quiera van a criticar.
Si no se debe ir a las playas pues hay que cerrarlas. Ya podremos ir el próximo año. Nadie se va a morir por no ir a las playas en el 2020 y si se pueden morir por ir a las playas en el 2020. Lo mismo aplica a los gimnasios y a los teatros. Solo hay que buscar la forma de darles a dichos negocios incentivos o créditos contributivos para que no vayan a la quiebra.
Lamentablemente esta pandemia es impredecible y atípica. La mejor defensa lo son el uso de mascarillas, lavarse las manos frecuentemente y mantener distancia con otras personas.
Aquellos que han muerto por consecuencia del maldito virus, no podrán volver a las bellas playas de Puerto Rico, ir a los gimnasios, teatros o comer en familia en el restaurante favorito.
Dejando absolutamente claro, el gobierno debe incentivar el comercio para que pueda enfrentar las pérdidas inherentes a los cierres parciales o completos. El gobierno y el comercio tienen que entender que el dinero que se pierda se puede recobrar. La vida que se pierda no se puede recobrar. Nosotros, el pueblo, tenemos que entender que llegará en momento de volver a las playas, el teatro, el gimnasio, etc. Lo que no puede ocurrir es no entender la gravedad de la pandemia y sus fatales consecuencias y en ello la prensa debe ayudar y no criticar por el solo placer de criticar. Noten que dije la prensa DEBE, no dije TIENE, ya que creo en la libertad de la prensa, pero también creo en la responsabilidad de la prensa.